Tratando de deducir los últimos pasos de nuestros patronos

En este artículo os invitamos a hacer un retroceso en el tiempo, para seguir los últimos pasos de los estimados Santos por nuestras tierras, y tratar de deducir cuál fue el camino que recorrienron huyendo de la persecución a la que fueron sometidos hasta la fatal detención y martirio.

Su historia nos dice que después del bautizo de las dos hermanas en Guadassuar se dirigieron hacia Alzira, así el padre Benet Farré nos dice que «Fray Bernardo invitó a sus hermanas a seguirle libremente hacia Cataluña y prepararon la huída. Por la mañana, después de encomendarse con toda el alma al Señor y la Virgen María, se dirigieron hacia Alzira, hacia el río navegable Júcar para buscar alguna barca comercial que los llevara hacia el país cristiano » [1]. Es bastante posible que así fuera, que su intención fuera llegar al río Júcar para embarcar y llegar a tierras cristianas, pero también hay que pensar que intentaron cruzarlo para refugiarse en la Alquenencia, situada en la parte derecha del Júcar donde, como indica el mismo topónimo (al-Kanisa = l’Esgléis), podrían vivir mozárabes. Está claro que suponer esto, va en contra de algunos historiadores que no admite su pervivencia dentro de los dominios islámicos.

En cualquiera de los casos, salieron de Guadassuar hacia el este, por el camino viejo que atravesaba las fértiles tierras de la Ribera, cerca de algunos lugares habitados, de los que desconocemos el nombre anterior al siglo XIII, y que hemos conocido ya despoblados, de los que tenemos constancia por las fuentes documentales; cartográficas como el plano de la acequia Real de Alzira de 1764; sus topónimos que en casos han dado nombre a las partidas rurales; y de los que hemos localizado arqueológicamente su ubicación exacta. Estos se abandonaron por diferentes motivos, entre ellos las inundaciones y como indicaba el botánico Cavanilles fue causa también el cultivo del arroz, focos de epidemias: «Este acaba con la salud y vida de los que nacen en aquellos pueblos, y con las de otros infelices que van a establecerse: este despobló Alásquer i Resaláñ, preparó la ruina de Cabáñes, Mulata y otras poblaciones que ya no existen » [2].

Así pasarían a la vista del poblado situado hacia el sudoeste, en un otero rodeado de tierras de marjal, y que es conocido desde el siglo XII hasta el siglo XVI, como Terrachea o Tarragona [3]. Más adelante, siguiendo seguramente a tramos el camino indicado y a veces ocultos, llegarían a otro otero donde habría un asentamiento, del que nos queda la Casa de Maranyent, por ahí seguirían hasta encontrarse el río Verde o de los Ojos, donde posteriormente estaba el molino de Casassús, no sabemos si en el momento de los Santos habría otro [4]. De poder cruzar el río por este punto enlazarían con el camino de Cabañes que circulaba el otro lado derecho del río, y por él, actual camino de la Patada, llegarían al otero donde se produjo el martirio, y que como sabemos también era un lugar habitado ya en la época iberorromana [5]. De no haber cruzado el puente del molino de Casassús llegarían a Barralbeb, el caserío que pasó a ser el Raval de Santa María, donde al no poder embarcar o cruzar el Júcar se podrían haber desviado hacia el suroeste enlazando con el (camino de Cabañes, llegando al lugar del martirio. Se puede pensar en otra variación, claro está que si huían irían buscando caminos alternativos, por ello podemos considerar que, una vez pasado por el lugar de Maranyent, atravesarían los campos buscando el puente de Cabañes, que hoy día es un nudo de caminos y están los despojos medio enterrados de un viejo puente.

En cualquiera de los casos, el camino que siguieron los condujo al mismo lugar, a la gloria, para llegar allí eligieron el camino más corto pero a la vez el más penoso. Su modelo de entrega y sacrificio debe ser motivo de reconocimiento espiritual y cultural. El lugar del martirio es un paraje natural e histórico, donde se produjo una de las historias más cruentas. La Pileta debe ser punto de encuentro, de peregrinación y devoción de alzireños y ribereños, sólo así cumpliremos en nuestra deuda con el jóvenes hermanos que huyeron con paso decidido, y fueron capturados sin que nadie hiciera nada por ellos. Desde el momento que se recuperaron sus restos lo en el siglo XIII, hasta ahora, nos esperan para recorrer juntos su camino por nuestras tierras, sigámoslos.

Finalmente, quiero agradecer a la Archicofradía de los Santos Patronos el acuerdo por unanimidad de la Junta, de exponer en el Museo, bajo el Palio de San Bernardo del siglo XVII, las imágenes peregrinas, contribuyendo de esta manera a la divulgación y amor de San Bernardo, María y Gracia.

Agustín Ferrer Clari – Director del Museo Municipal de Alzira

 

• NOTAS:
• [1] – «Sants Bernat, Maria i Gràcia màrtirs d’Alzira ». B. Farré. Ayuntamiento de Alzira, 1997 p. 39.
• [2] – «Observaciones sobre la Historia Natural, Geografia, Agricultura, Población y Frutos del Reyno de Valencia ». A. Cavanilles, Madrid (1795-97). Reedición 1958.
• [3] – «Les Alqueries de la Ribera: assaig d’identificació i localització ». J. Cortés y otros. Economia Agrària i Història Local. Y Assamblea d’Història de la Ribera. Institución Alfonso el Magnánimo. 1981 (p. 256).
• [4] – El Molino de Casassús posteriormente se conoció como el Molinet de la Luz que estaba situado en una isla del Río Verde, paradisiaco paraje que fue destruido a principios de la década de los ochenta.
• [5] – «El Sequer de Sant Bernat » A. Martínez. 1982. Y «Yacimientos ibéricos y romanos de la Ribera (Valencia. España) ». D. Serrano. Academia de Cultura Valenciana, serie arqueológica n.° 12. Valencia 1987

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