Para aclarar este asunto incluimos un artículo que nos dejó José Palacios Boquera, quien en 1987 al ser nombrado presidente de la Archicofradía decidió resolver las dudas que existían al respecto. El problema radicaba en que durante la guerra civil toda la documentación ardió cuando prendieron fuego a las iglesias de Alzira. Aunque realmente esto no sucedió durante la guerra civil sino dos meses antes de que estallara. Lo que demuestra que la persecución religiosa era previa a la guerra.

Otro tema que deseaba, desde el primer día de la presidencia, era dejar zanjado si realmente nuestra asociación era o no «Archicofradía». Había escuchado algunas voces, precisamente las de siempre, que no había nada de nada y que todo era creado por la junta tras la guerra civil. Había que acabar con la rumorología. A mí tampoco me agradaba negar ni afirmar. No era de mi agrado el escuchar si la cofradía de los Santos Patronos es «archicofradía», la cofradía de la Virgen del Lluch también debe ser «archicofradía». Todo esto es serio y no juguemos a «titulitis».

En la visita a Roma con Juan Piris ya se le consultó al P. Jordi, explicándole las citas documentales que teníamos. El argumento más importante e interesante era el que citaba Jaime Cervera en el libro «Las Tres Púrpuras de Alzira» (año 1707), original que recibí como obsequio del sacerdote Bernardo Carreres Oliver. Decía textualmente:

«Inocencio Papa XI en Letras Apostólicas dadas en Roma en Santa Maria la Mayor, el día 2 de junio del año del Señor 1688, décimo segundo de su pontificado que empiezan: Ad perpetuam rei memoriam; aprobó y confirmó la cofradía erigida bajo la invocación de San Bernardo Martir, concediendo muchas indulgencias a los cofrades y cofradesas, tanto las ya señaladas,. como las que en el futuro pudieran ser concedidas a dicha asociación.»

Jaime Cervera, que debió cotejar el original, afirmaba que las Letras Apostólicas se inscribieron en el Registro de la Curia Eclesiástica de Valencia el 12 de septiembre de 1688.. Así mismo estudiando el grabado sobre papel de Hipólito Rovira (1693 – 1765), bella composición alegórica del Martirio de San Bernardo, se aprecia el escudo pontificio del Papa Inocencio XI, al igual que los de otros Papas o reyes que habían concedido honores y privilegios al convento de San Bernardo Mártir de Alzira. Estudiando a Jaime Cervera y a Jaime Goig podría sacarse la conclusión de que este boceto era para el nuevo altar mayor del convento y que, incluso llegó a realizarse.

Escuché otros testimonios de antiguos cofrades y finalmente se preparó la solicitud avalada con la firma del Arzobispo Monseñor Miguel Roca Cabanellas. Se remitió a la S. Congregación para el Culto Divino. Esta Congregación por ser competencia del Pontificio Consejo para los laicos lo envió a esta congregación, la cual en fecha 29 de noviembre de 1988 aprobaba y confirmaba la «Archicofradía de los Santos Patronos Bernardo, María y Gracia». Lo firmaba el Cardenal Eduardo Pironio, prefecto – presidente del citado consejo. Con esta confirmación habíamos clarificado otro tema, que, para algunos, había sido duda y que ahora aceptaban y se felicitaban.

José Palacios Boquera

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