Conocido como San Bernardo Mártir o San Bernardo de Alzira o San Bernardo de Poblet, en realidad, nació en Carlet. En concreto en la desaparecida pedanía de Pintarrafes en cuyo lugar hay, hoy en día, una ermita consagrada a su nombre.

En el año 1156, viajó a Cataluña en nombre del rey moro de Valencia para negociar con el Conde de Barcelona. Acabó recalando en el Monasterio de Poblet. Allí se convertirá al cristianismo y posteriormente tomará el hábito de la orden del Cister. No regresará a su tierra hasta 24 años después.

Su nombre de nacimiento era AHMET IBN AL MANSUR. En el año 1156, al bautizarse y convertirse al cristianismo en el monasterio cisterciense de Santa María de Poblet (Tarragona-España) tomará el nombre de Bernardo en honor al fundador de la orden del Cister San Bernardo de Claraval.

Los restos mortales, es decir las reliquias de San Bernardo y sus hermanas, se encuentran en el interior de unas imágenes de bronce en un altar en la iglesia de Santa Catalina de Alzira.

San Juan de Ribera en el año 1609, tras comprobar el contínuo robo de los huesos de los santos patronos, ordenó hacer una imagen de bronce y guardar en su interior los restos óseos que todavía se conservaban. Esta imagen-relicario se conserva en la actualidad y es la que se venera en la iglesia de Santa Catalina en Alzira.

Esta medida, para detener el expolio, funcionó tan bien que en 1647 se realizaron dos imágenes para proteger las reliquias de las Santas María y Gracia. Lamentablemente estas imágenes se perdieron en la guerra civil española. En uno de los múltiples registros que hacían los milicianos las encontraron y acabaron en una fundición. Allí, al romper las imágenes, los restos óseos quedaron esparcidos por el suelo. Algunos trabajadores de la función, secretamente, pusieron a salvo la mayoría de las reliquias. Hoy en día, estas reliquias se conservan en el interior de unas nuevas imágenes de bronce que son réplicas de las que se perdieron.

Realmente reliquias de San Bernardo se pueden encontrar en diversas iglesias. A lo largo de los siglos, por distintos motivos, se fueron entregando pequeños restos óseos en lugares donde había devoción por San Bernardo.

No está claro el día exacto, varía según las fuentes, pero fue entre el 20 y 23 de agosto del año 1180. Alguna fuente indica que fue en el año 1181, pero probablemente fuera ese año cuando la noticia llegó al Monasterio de Poblet donde había sido fraile, y de ahí la confusión.

Hacia el año 1522, Alzira estaba a punto de ser derrotada en la guerra de las Germanías con la consiguiente pérdida de poder político que esto podía causar a la ciudad. Esto hizo temer a los alcireños que los restos (las reliquias) de los Santos Patronos, custodiados en un sepulcro junto a una ermita a las afueras de la ciudad, fueran trasladados a la Catedral de Valencia o al Monasterio de Poblet. Por eso sus restos fueron escondidos. Ocho décadas después los monjes trinitarios, que ocupaban un monasterio junto a la ermita, decidieron buscar los restos que suponían estaban enterrados en el interior de la ermita. Los encontraron al amanecer del 23 de julio de 1599.

Tras el segundo hallazgo de los restos de San Bernardo en Alzira en 1599, volvieron las reclamaciones desde otros lugares para hacerse con sus huesos. Las reliquias de santos eran en aquel entonces algo muy codiciado. Para tal fin, incluso el abad de Poblet viajó a Denia para pedírselo al rey Felipe III. Ante tanta presión y para aplacar dicha reclamación, finalmente Alzira decidió dar parte de las reliquias. A Poblet le entregaron una canilla y un pedazo de la cabeza de San Bernardo, así como también reliquias de las hermanas santas. Dichas reliquias llegaron al Monasterio de Poblet el 2 de septiembre de 1603. Su más insigne fraile había regresado.

Lamentablemente esas reliquias se perderían en el siglo XIX tras la desamortización. El 29 de junio de 1959, el entonces presidente de la Archicofradía, D.Manuel Montagud Ricart hizo entrega al monasterio de nuevas reliquias.

El 2 de junio de 1688, el Papa Inocencio XI aprueba y confirma la Cofradía erigida bajo la advocación de San Bernardo Mártir.

Lamentablemente, toda la centenaria documentación de la cofradía se perdió en 1936 cuando las iglesias de Alzira fueron asaltadas e incendiadas.

El siglo XVII fue un periodo de mucha religiosidad en España. Así ocurrió que había localidades con bastantes fiestas de santos de obligado cumplimiento. Por eso su Santidad el Papa Urbano VIII emitió una Bula autorizando a las autoridades civiles para que proclamaran a su patrón que de forma automática sería reconocido por la Iglesia Católica.

Así, el 19 de julio de 1643, el Consell General dels Jurats de Alzira, amparándose en el Motu Proprio del Papa Urbano VIII referente a las fiestas de precepto, declaró Patrón a San Bernardo Mártir.

Sus nombres de nacimiento eran Zaida y Zoraida. Su hermano Fray Bernardo las bautizó en Guadasuar (Valencia-España), en el lugar conocido hoy en día como plaza del Ravalet. En ese momento y siguiendo la costumbre de la época adoptaron un nombre más “cristiano” : María y Gracia.