- Título: Los Casalicios del Puente de San Bernardo
- Autor: Antonio Momparler Rosado
- Idioma: Español
- Año: 1998
- Dimensiones: 14,5×21 cm.
- Páginas: 127
- Encuadernación: Tapa blanda con solapas
- ISBN: no tiene
Este libro es otro fruto de la colaboración de Antonio Momparler y la Pontificia Archicofradía de los Santos Patronos de Alzira. Como dice en el prólogo Enrique Masiá, arcipreste de Alzira, este libro es una invitación para que los alzireños se sientan turistas en su propia ciudad. Los Casalicios de los Santos Patronos Bernardo, María y Gracia han estado en el corazón de la ciudad y de sus ciudadanos en los últimos trescientos años. Aún así la mayoría sabría decir poco de ellos.
Este libro nos permite descubrir la belleza en cada elemento arquitectónico y en cada imagen. Es una mirada al pasado y al presente cultural, artístico, arquitectónico y religioso de Alzira. El hecho de que Antonio Momparler no domine este tema provocó que le costara mucho, pero eso ha sido un beneficio para los que tampoco sabemos de esta materia, porque está escrito para todos. Así nadie se pierde en el vocabulario arquitectónico. Y las inscripciones en latín que hay en las lápidas están bien detalladas y traducidas.
En las lápidas hay un detalle a tener en cuenta. Momparler hace referencia a las lápidas antiguas (año 1717) y las nuevas (año 1967) pero el libro se escribió en 1998. Tras la remodelación llevada en 2007, para evitar el derrumbre de los casalicios debido a la inclinación que tenían, las denominadas lápidas nuevas se quitaron y no se volvieron a poner. Así también se aprovechó y se les erigió de nuevo a apenas unos metros de donde estaban. Es decir, entre 1967 y 2007 los casalicios estuvieron en el centro de la avenida. A partir del 2007 quedaron a un lado pero volvieron al lugar donde habían estado sus primeros 250 años de existencia: sobre los tajamares del puente.
En definitiva es un libro entretenido que nos permite adentrarnos en la historia de una ciudad, un puente y unos casalicios. Saber de sus visicitudes y sus ciudadanos, y comprender por qué Alzira era conocida como «La Isla».